sábado, 9 de abril de 2011

¿Qué es el aprendizaje colaborativo?

El aprendizaje colaborativo forma parte del constructivismo como postulado que parte la idea de la educación como un proceso de socio-construcción, es decir de la apertura a la diversidad y la tolerancia, o lo que es lo mismo, el perspectivismo. Dicho de otro modo, los alumnos deben trabajar en grupos, colaborar y cooperar empleando para ello una serie de herramientas varias que les faciliten la interacción y la comunicación, de forma que cada alumno aporte una perspectiva individual al proyecto común, formándose así un proyecto diverso que contiene el acerbo, ideas y creatividad de cada uno de sus miembros. Esta retroalimentación o feedback facilita y potencia las actitudes cognitivas y dinámicas en el aprendizaje al dar al alumno la oportunidad de ser su propio líder en su educación con la ayuda de educadores y compañeros.

Vygotsky apunta que “el Aprendizaje Colaborativo (AC) consiste en aprender con otros y de otros”, ¿incluye este precepto sólo a los compañeros de clase, o podemos estar también hablando de los agentes sociales, medios, educadores y padres? Dar a los estudiantes la oportunidad de estar en el centro de su propio aprendizaje nos lleva a determinar o planificar unos objetivos, metodología y estrategia que promuevan y faciliten la tarea del alumno, tanto individual como colectivamente. ¿Quién diseña los planes? ¿Qué herramientas ponemos en manos de los estudiantes?

El aprendizaje colaborativo busca potenciar el valor de las relaciones interpersonales que se dan en grupos al considerar la socialización e integración, la diversidad, como valores o elementos eficaces para la educación del alumno. En este punto, la solidaridad y la empatía junto con la capacidad de los alumnos de relacionarse y generar vínculos sociales con otros, son factores determinantes para su propia educación, y es esa toma de conciencia la que se pretende conseguir en última instancia.

En otros post he hablado ampliamente sobre las muchas herramientas colaborativas y educativas que tenemos a nuestra disposición desde el mundo 2.0 para facilitar a los alumnos esta perspectiva e interacción educativa; sin embargo no debemos olvidar que el valor de las herramientas y software que empleemos no va más allá de la utilidad y facilidad que les demos, y que son los alumnos los que colaboran y aprenden, y por lo tanto, es a ellos a quien debemos prestar la máxima atención a la hora de planificar una estrategia y escoger dichas herramientas.

Por otro lado y respondiendo a la pregunta anterior sobre la responsabilidad de las familias y agentes sociales en la educación además de alumnos y profesores, al menos para quien subscribe, es trascendental que tanto padres como administración se involucren de forma activa y participativa en el aprendizaje. Conozco muchos profesores frustrados con la administración y decepcionados con las actitudes paternas, ¿se puede trabajar así? ¿Podemos pedir a nuestros hijos que se impliquen, que colaboren y estudien cuando nosotros nos desentendemos? Por otro lado, hay también una responsabilidad social de la que poco o nada se habla, la responsabilidad de los Medios de Comunicación y Sociales, que hoy en día se multiplica a través de la Web 2.0. Nuestra labor es la de redireccionar el 2.0 hacia la colaboración, la creación de proyectos y la cooperación, de modo que los estudiantes no sólo aprendan los contenidos educativos necesarios, sino que desarrollen una actitud dinámica y participativa sobre sus propios conocimientos al estar involucrados en la misma.

Las TIC potencian en muchos aspectos la interacción:
  • posibilitan el intercambio de información, conocimiento y diálogo.
  • permiten la colaboración activa de los miembros de un grupo
  • permiten la auto-evaluación y medición del rendimiento individual y colectivo
  • facilitan el acceso a una gran cantidad de información compartida y la gestión de dicha información
  • ponen en contacto a los estudiantes lo que les permite conocer no sólo lo referente a los contenidos educativos, sino a lo personal, los aspectos emocionales de la educación misma, percepciones, intuiciones, opiniones, sentimientos, etc
En fin, podemos decir que el aprendizaje colaborativo se basa en la potenciación de la inteligencia emocional del alumno para su propio desarrollo educativo y personal empleando las TIC y herramientas colaborativas como medio para facilitar la interacción con otros, de modo que los condimentos no se acumulen en cajas que son fácilmente almacenadas y olvidadas por los alumnos, sino que de un modo participativo y dinámico, forman parte de la experiencia y vivencia del estudiante en la diversidad y desarrollo.